Acaba de finalizar la Copa América Centenario y la mejor enseñanza que nos pudo dejar es que de ahora en adelante el mundo mirará el fútbol chileno con otros ojos.
Ya lejos quedaron esas actitudes mediocres en donde si se perdía con Brasil por un gol de diferencia era un gran logro, o de sentir satisfacción de empatar con Uruguay o con la misma Argentina de local. De conformarnos con el cuarto cupo que nos entregan las eliminatorias para acceder a los mundiales, de sentir miedo cada vez que salíamos a jugar afuera con el sólo objetivo de rescatar un empate.
Un proceso de cero
El fútbol Chileno ha evolucionado y este proceso partió con un cambio de actitud, creando una mentalidad más ambiciosa y ganadora, apoyado con una formación adecuada que fue empezada con José Sulantay en las inferiores de la selección. Ahí impartió una metodología de trabajo en donde supo aprovechar las capacidades de los jugadores y no soló eso, sino también orientarlos para formar parte de un proceso que tenía como objetivo la selección adulta.
Al mando de esta quedó el director técnico Marcelo Bielsa la persona que nos enseñó a aspirar a cosas grandes. Al fútbol chileno le entregó una identidad de juego que generó un cambio radical, cambiando entrenamientos, estrategias y tácticas de juego. Supo aprovechar todas las capacidades y talentos de los jugadores de inferiores del fútbol chileno, para plasmarlos en un juego intenso y perseverante. El resultado de este proceso fue el haber podido clasificar segundo en las eliminatorias hacia el mundial de Sudáfrica, de haber alcanzado a segunda fase en el mundial, y dejar en claro que en Chile algo estaba pasando.
Con la llegada de Jorge Sampaoli el proceso se ordenó, entregando las directrices necesarias para corregir errores y para dejar en claro que lo que estaba sucediendo en el fútbol nacional no era una tendencia sino un proceso. El resultado que se obtuvo fue el de clasificar nuevamente a un mundial, de nuevamente haber pasado a segunda fase en el mundial de Brasil 2014 , se ganó a equipos de la talla de España mostrando un juego de gran nivel y perder con el anfitrión en la tanda de penales.
Pero ahora el gran mérito fue haber alcanzado la primera Copa América, tema de burlas por parte de los países vecinos por no poseer tan preciado trofeo.
Con Juan Antonio Pizzi como actual director técnico se busca consolidar y mantener el proceso que se ha realizado, de conseguir una etapa de maduración y de empezar a incorporar jugadores de recambio. Los resultados hasta ahora han sido el de mantenernos en zona de clasificación hacia el mundial de Rusia 2018 y de haber obtenido el título de campeón de la copa América Centenario, trofeo que le permite dejar en claro a toda Latinoamérica y al mundo que el fútbol chileno se está consolidando como potencia.
El legado se cuida
Todas las miradas se encuentran dirigidas hacia Chile, y no es menor, somos los actuales campeones de la Copa América y ahora de la Centenario, nos encontramos en el quinto lugar del ranking FIFA , nuestro fútbol tiene un estilo que se reconoce y se respeta, nuestros jugadores son valorados cada día más por el medio internacional, considerando a Chile como una plataforma de jugadores potenciales.
Pero todos estos logros no tienen que nublar nunca nuestra mente ni mucho menos generar descuido, debemos enfocarnos en crear una metodología de trabajo continua de fútbol que sea aplicada en las inferiores y en el fútbol local, a no generar dependencia de jugadores. Para eso es indispensable el recambio y siempre mirar hacia delante con humildad.